Siempre hubo algo con las abejas.

NUESTRA HISTORIA

La conexión con las abejas siempre estuvo presente. De niño, Enrique se acercaba a un vecino que extraía miel de las colmenas. Más tarde, en Salta, mientras trabajaba para una tabacalera, le ofrecieron hacerse cargo de las colmenas del lugar.

La historia real y su pasión por la apicultura comienza en 1975 cuando Enrique Vairolatti, recién recibido de agrónomo, ingresa a dar clases en una escuela agrotécnica de la ciudad de San Francisco (Córdoba). Allí le ofrecen las horas cátedra de apicultura, y con cierta experiencia, pero mucho por aprender, asume la tarea y empieza a desarrollar una profunda pasión por la apicultura y, en especial, por la vida de las abejas.

Junto a Miriam, su esposa, comenzaron a dictar los primeros y novedosos cursos de apicultura. Por aquellos días, la idea era “sumar apicultores a la zona central de Argentina”, lo que, según veían, le daría otra impronta al ecosistema de la región. Conjuntamente, surgió la necesidad de abastecer a estos nuevos apicultores de materiales, insumos, herramientas y todo lo necesario para instalar un apiario.

Así nace esta empresa, netamente familiar y con una gran pasión por las abejas.

En este transcurrir fuimos naciendo los hijos: Soledad, Gabriel y luego Fernando. Las primeras memorias de los tres están ligadas a las abejas, a la miel y a su mundo. Crecimos “en una colmena”, como dice mi hermano Gabriel, con la impronta de su cuidado y su protección.

Vinieron diferentes épocas. Primero, la profesionalización de todos los que querían ser apicultores. En esta etapa, la familia comenzó a producir sus primeros extractores de la mano de mi abuelo Pablo, los primeros ahumadores y las pinzas, que Enrique (Quique) fabricaba de forma manual en su taller. Teníamos muchos apiarios para la producción de miel, y por esos momentos el desafío era lidiar con la africanización y lograr tener abejas un poco más dóciles para poder trabajarlas.

Después, y casi desprevenidos, nos llegó la sojización y nos quedamos sin ambiente. Por esos años, mis hermanos ya estaban estudiando cómo sembrar para las abejas; fueron pioneros en hablar de canola, tréboles y alfalfas, de crear un corredor floral para asegurar su supervivencia. Al poco tiempo, y aún en etapa de supervivencia, llegó el CCD (Colony Colapse Disorder) o el fenómeno de la desaparición de las abejas debido al cambio ambiental. Fueron años difíciles para todos los que somos protectores de la naturaleza, para los que entendíamos la apicultura como un medio y una forma de vida.

Mientras tanto, aquellos talleres artesanales de insumos (ahumadores, pinzas, cuchillos, etc.) y maquinarias (extractores, bateas, filtros, desoperculadores) rotaron a sistemas de producción industrializados y de escala. Esto nos permitió escalar la apicultura argentina y llevar nuestros productos a Chile, Bolivia, Uruguay y Brasil.

Trabajamos juntos durante 15 años, hasta que llegó el momento de empezar a formar cada una de nuestras familias. Fernando emigró a Entre Ríos, pero sigue en el mundo apícola. Más tarde, allá por el 2015, los viejos decidieron retirarse de la oficina y dedicarse solamente al campo, a las abejas. Ahora, ya jubilados y con otro ritmo, se dedican tiempo completo a lo que les hace bien.

Quien les habla, Soledad, y mi hermano Gabriel Vairolatti estamos a cargo de la empresa, instalados en varios países de LATAM, con el propósito constante de Salvar a las abejas. Las abejas son quienes tienen el poder de restaurar el medio ambiente. Igual que hace 50 años atrás, “las abejas nos garantizan la restauración del planeta que habitamos”. Los invitamos a ser parte de la familia de la apicultura, a ser parte de esta misión de restaurar el planeta a través de ella.

🎯 PROPÓSITO

Salvar a las abejas.

Este propósito nace de una convicción profunda, forjada a través de décadas de experiencia y desafíos ambientales (como la sojización y el CCD). La empresa cree firmemente que las abejas tienen el poder de restaurar el medio ambiente. Por lo tanto, salvarlas no es solo una actividad comercial, sino una prioridad existencial para garantizar la salud del planeta que habitamos.


 

🛡️ MISIÓN

Restaurar el planeta a través de la apicultura.

La misión de la empresa es trascender la producción de miel y convertirse en un agente de cambio ambiental. Al igual que hace 50 años, la familia tiene la certeza de que "Las abejas nos garantizan la restauración del planeta que habitamos". Esta restauración se logra mediante:

  1. Promoción de la Apicultura: Continuando la labor iniciada por Enrique y Miriam de sumar apicultores y proveerles los insumos necesarios.

  2. Educación y Conciencia: Liderando la conversación sobre la necesidad de corredores florales (canola, tréboles, alfalfas) para la supervivencia de las abejas ante la pérdida de ambiente.

  3. Innovación Sostenible: Escalando la apicultura en Argentina y LATAM, con el enfoque constante en el cuidado y protección de la vida de las abejas.


 

🚀 VISIÓN

Ser la empresa que lidere el cambio de la apicultura de Latinoamérica hacia una apicultura sustentable.

La visión es llevar la experiencia familiar y la producción industrializada de insumos a toda Latinoamérica, impulsando un modelo apícola que sea económicamente viable y ecológicamente responsable. Esto implica:

 

  • Liderazgo Regional: Utilizar su presencia e influencia en varios países de LATAM (Chile, Bolivia, Uruguay, Brasil, etc.) para dictar el ritmo del sector.

  • Transición Sostenible: Promover prácticas que protejan a las abejas de los desafíos modernos (como el CCD y la pérdida de hábitat) y asegurar que la apicultura sea un medio y una forma de vida que esté en armonía con la naturaleza.

  • Legado Familiar: Mantener la impronta de la pasión y la protección de las abejas que ha estado en el ADN de la familia Vairolatti desde 1975.